Es evidente la gran preocupación por los niveles alcanzados por la pobreza desde la década de los 80, a pesar de los grandes ingresos que percibe el país gracias a la renta petrolera, El Estado se ha visto en la necesidad de asumir gran parte del costo social, atendiendo en especial a los sectores mas desfavorecidos, implementando políticas de desarrollo social que a su vez han demandado mas y mas programas sociales. Cabe destacar que en Venezuela se debe revisar a fondo la gerencia pública para así detectar los problemas reales que conllevan la gran crisis que atravesamos, a pesar de ser uno de los países más ricos de toda América latina y de gozar de una buena renta gracias al petróleo. De lo analizado podemos concluir. Que no es la escasez de recursos económicos o humanos lo que limita alcanzar el impacto esperado, sino más bien problemas en la administración de los recursos, la gerencia del talento humano, la falta de una estrategia global que oriente la acción de los diferentes organismos en todo el territorio.
En lo institucional, el gobierno nacional debe atribuirse la coordinación de la política global, dejando a otras instancias operativas la pesada carga de ejecutar los programas sociales. Así mismo, sería propicia la creación de una instancia estadal para la coordinación inter-organizacional, como centro para la discusión y concertación alrededor de estrategias y objetivos comunes entre los niveles estadales y municipales. Igualmente, los municipios, deberían conformar instancias de consultas en su comunidad local, los cuales tienen por objeto incorporar al desarrollo de diversos programas sociales a las comunidades organizadas, de manera que las mismas desarrollen los proyectos y se produzcan procesos de autogestión y cogestión, a la vez que tendrían mayor legitimidad ante los beneficiarios.
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